Cuando las heridas no cierran...

¿Qué pasa cuando las heridas están ahí? cuando no somos capaces de olvidarnos de la persona que un día quisimos, con las que vivimos momentos inolvidables, pero con las que al mismo tiempo tenemos un sabor amargo en la boca, cuando sabemos de ellas, cuando las vemos o simplemente cuando nos hablan.

Entonces es cuando descubrimos que las heridas que un día nos hicieron no están cerradas. Entre tu y yo, nunca cerraran; es triste pero así es, aprederemos a vivir con ellas, y tendrán temporadas en las que nos doleran menos o más, pero en el fondo permaneceran ahí. Y el por qué, muy sencillo, porque en su día las quisimos.

Sólo cuando nos pasa esto, es cuando sabemos que realmente mereció la pena y que quizás no seamos tan culpables de lo que pasó, pero fuimos víctimas de un cruel destino, lo que en su día fue un YA NO PUEDO MÁS, me rindo.... un sin fín de frases que en su conjunto DUELEN...no saber cuanto duele tragar esta pena de un sólo sorbo, cuando no es ahogada en un vaso de largo mezclado con ron. Pensar que no habrá mas cafes con sacarina, coca cola sin limón, ni preguntar que lleva esto...por tu intolerancia a la glucosa, pensar que estamos a un abrazo de arreglarlo todo...

Pensar en ti, no es la solución, pero suena a ironia, porque mi corazón si lo hace al tenerte un hueco, un golpe que siempre nos marcará...

Quizás la solución sea cerrar los ojos y ver que el camino que me queda seguir no estará a tu lado.